Santo Domingo. Con una trayectoria multidisciplinaria, aportes que revolucionaron la democracia dominicana, una lucha indetenible por los derechos políticos y civiles de las mujeres, y otros méritos que le anteceden, Ana Emilia Abigail Mejía Solière se convirtió el día de ayer jueves 28 de septiembre, en la séptima dominicana cuyos restos pasan a reposar en el Panteón de la Patria.
La medida responde al Decreto No. 164-23 con el cual el presidente Luis Abinader instruyó el traslado al mausoleo nacional de la políglota, el pasado 24 de abril de 2023.
Abigail Mejía, acompañará a Salomé Ureña, María Trinidad Sánchez, Balbina de Peña viuda Sánchez, Socorro del Rosario Sánchez, Concepción Bona y Rosa Duarte, mujeres, que, a diferencia de Mejía, nacieron entre las décadas de los 20 a los 50, y que también partieron de la vida terrenal antes o poco después del nacimiento de la propulsora del voto femenino en República Dominicana.
En consecuencia, se trata del personaje histórico más cercano a la época contemporánea, no solo de entre las mujeres, si no de las personalidades enaltecidas con su traslado y permanencia en el Panteón de la Patria.
Al respecto, la albacea de la familia de Abigail Mejía Solière, Ylonka Nacidit Perdomo, consideró que esto constituye una afirmación y reconocimiento de una generación de humanistas, a través de Abigail Mejía, que desde distintas esferas del conocimiento ha legado nuevos significados a los estamentos ideológicos en que se sustentaba el pensamiento de la Edad Media en torno a las mujeres.
Para Raquel Vicente Mejía y Dana Mejía, ambas primas hermanas (de segunda generación) de Abigail Mejía, destinarle un espacio en el Panteón de la Patria es abrir una puerta para el reconocimiento de otras mujeres contemporáneas destacadas.
“Ellas (haciendo referencia a las mujeres que descansan en el Panteón de la Patria) se distinguieron en la Independencia de la República, la mayoría, cumplieron su misión. Con esta etapa de tía Abigail, ella está abriendo el camino para todas esas mujeres en un futuro puedan anhelar y saber que tienen el mismo derecho de participar y de recibir los honores como los está recibiendo ella”, puntualizó Raquel.
En tanto, las ministras de la Mujer, Mayra Jiménez; y de Cultura, Milagros German; coincidieron en que esta exaltación se traduce en “un acto de justicia”.
“Es un paso más hacia el reconocimiento de la contribución de las mujeres a la construcción de la República y una invitación a seguir profundizando en la historia desde una perspectiva de igualdad y equidad de género, que saque del anonimato a las extraordinarias mujeres dominicanas”, indicó Jiménez, mientras que German agregó que es también un llamado a todas las mujeres para seguir luchando por un país más democrático y justo.
Multifacética, su profesión
Abigail Mejía es considerada por la escritora e investigadora de género, Nacidit Perdomo, como la mujer de más altos vuelos intelectuales del siglo XX, y es que en sus poco más de cuatro décadas de vida, se destacó como pensadora, filósofa, humanista, feminista y política, maestra normal, pedagoga y periodista trasnacional, civilista, literata, narradora, poeta, crítica literaria, fotógrafa, historiadora, museógrafa y hasta arqueóloga.
Son muchos los caminos en los que Mejía Solière incursionó, recorrió y marco de distintas formas, pero para su familia, fue el sendero en la escritura, sobre todo con su clásico “Sueña Pilarín”, el activismo social y sus aportes como educadora los que recuerdan con mayor regocijo.
Para la ministra Jiménez, en cambio, fue su capacidad para colocarse del lado de la justicia, la libertad y la defensa de la democracia; su capacidad de atreverse a romper barreras; y su ejemplo de cómo debe ser y conducirse toda mujer, la Abigail que más admiran.
Una vida breve, pero de largo impacto
Abigail Mejía, nació el 15 de abril de 1895 en Santo Domingo, misma ciudad en la que falleció a los 45 años, no sin antes dejar una huella imborrable en la historia política del país, sobre todo en la construcción de la ciudadanía y la participación de las mujeres.
Luego de finalizar sus estudios en el Instituto de Señoritas Salomé Ureña y en el Liceo Dominicano continuó su aprendizaje en Barcelona, donde obtuvo el título de maestra normal a los diecisiete años, y lo que la convirtió en la primera mujer dominicana en graduarse de la referida profesión.
Pero está no fue la única vez en que su nombre y el calificativo “primera” se plasmarían en la misma oración. Posteriormente también sería pionera en el reporterismo y articulismo transnacional, así como en publicar la primera clasificación de obras de arte nacional, un libro de ensayos en España, “Por entre frivolidades”; y el catálogo de piezas arqueológicas del país; fue quien redactó las primeras propuestas de modificación del Código Penal Dominicano sobre homicidio excusable contra la mujer.
De igual modo, fundó el círculo Literario Club Nosotras, el Museo Nacional, la Acción Feminista Dominicana (AFD), y legó el “Ideario Feminista”.
La historia de vida de Abigail Mejía es la de una dominicana que además de disipar las sombras de caminos inexplorados para las mujeres, iluminó más allá del umbral del tiempo, constituyendo su nombre, obra y trayectoria en un paradigma en todas las sociedades.