Desde 2016 hasta marzo de 2019, estos refugios han salvado la vida a 3.301 personas, más del 50.9% de las cuales eran niños y niñas.
Santo Domingo.- El ministerio de la Mujer presentó el Patronato de las Casas de acogida de la Mujer, una sociedad sin fines lucrativos con la que se involucra e integra a la sociedad civil y al empresariado a la labor del Ministerio de la Mujer en materia de prevención, detección y erradicación de las agresiones contra mujeres y niñas, y los feminicidios.
La ministra Janet Camilo, que preside el patronato, presentó a las empresarias, y mujeres destacadas en distintos ámbitos que han dispuesto su tiempo y esfuerzo para hacer que los y las habitantes temporales de estos espacios tengan una estadía más digna.
Las integrantes de esta primera directiva son las profesionales y empresarias María Luisa Ramírez, Rommy Grullón, Nathali Pain, Patricia Alcántara, Ana María Peralta y Consuelo Despradel, quienes organizarán las actividades que permitan la recaudación de recursos, siempre en especie, que servirán para optimizar el servicio, mejorar el funcionamiento y la cobertura de las necesidades específicas de las personas que residen de manera provisional en los albergues que les ofrecen protección.
“Siempre digo que estas casas no deberían existir porque debemos poner un alto a la violencia y los feminicidios. Pero hasta llegar a ese punto de convivencia pacífica y respeto, haremos lo posible por ofrecer espacios confortables en los que cada habitante tenga cubiertas sus necesidades básicas específicas, por lo que agradezco profundamente a estas valientes mujeres que nos ayudarán en la tarea de canalizar recursos”, expresó la ministra Janet Camilo en la Rueda de Prensa.
Las Casas de Acogida, gestionadas por el Ministerio de la Mujer, se instituyeron mediante la Ley 88-03 y son espacios que sirven de albergue seguro de manera temporal a mujeres con sus hijas e hijos menores de 14 años, que sean víctimas de violencia extrema, que corren riesgo de muerte y no cuentan con lugares seguros y/o una red de apoyo inmediata.
En poco menos de tres años, las Casas de Acogida han otorgado 3.301 protecciones a mujeres y sus hijos e hijas menores de edad, de los cuales el 50.9% corresponde a estos últimos, mostrando el lado más dramático de las situaciones de violencia extrema. El protocolo incluye, además del alojamiento, el seguimiento integral, legal y psicológico que necesiten ellas, así como sus hijas e hijos.
De hecho, según los datos del Observatorio de Igualdad, desde 2016 hasta el primer trimestre de 2019, las Casas de Acogida han triplicado su población flotante, pues de 311 personas recibidas ese año, los datos cuentan que en 2018 pasaron por éstas 1,495 mujeres, niños, niñas y adolescentes que salvaron sus vidas por haber recibido este servicio y solo entre enero y marzo de 2019 se acogió a 275 personas.
Este patronato surge en la misma Ley 88-03 que instituye las Casas de Acogida o Refugios, que establece en su sección 4, sobre Financiación y Gestión de Recursos, que “las Casas de Acogida pueden ser receptoras de donaciones, adicionales al financiamiento estatal que recibe el Ministerio de la Mujer, para la implementación y desarrollo de programas”.
Y además, la legislación establece un esquema de transparencia y rendición de cuentas, en el marco de los canales y procedimientos establecidos para tales fines, con un registro estricto de todas las donaciones recibidas, que pueden ser “alimentos, ropa, zapatos, artículos para bebés, niños y niñas, que provengan de donaciones de particulares, comercios o empresas, locales, nacionales o internacionales”.
En la actualidad hay 3 Casas de Acogida en funcionamiento y el gobierno construye dos más para ofrecer cobertura en todo el territorio nacional, aunque hasta el momento el protocolo de rescate de víctimas de violencia extrema tiene cobertura nacional y no discrimina por ningún motivo.
Algunos datos:
Según las cifras del Observatorio de Igualdad, el 20% de las personas que recibieron asistencia en las Casas de Acogida en el primer trimestre de 2019 provienen de la región metropolitana, mientras entre un 8 y un 20% del Cibao norte; entre 4 y 8% correspondió a mujeres procedentes de las regiones Yuma, Enriquillo y Cibao Noroeste, mientras que menos del 4% llegaron desde Valdesia, Cibao nordeste y El Valle.
En esos 3 meses habitaron en los refugios mujeres de nacionalidad dominicana (85.3%), haitiana (9.9%), mientras que el 4.6% restante se divide entre venezolanas, españolas, estadounidenses y otras no especificadas.
Un 17.8% de las ingresadas eran menores de edad, mientras el 71.1% correspondió a mujeres entre 20 y 39 años. En cuanto al vínculo con el agresor, solo el 6.8% estaban casados, el 1.6% divorciados, el 55% convivían en unión libre y 29.3% estaban separados.
Sobre el tipo de violencia sufrida por las usuarias entre enero y marzo de 2019, el 75.9% recibió agresión física, el 84.3% psicológica, el 80.6% verbal, 34% sexual y 23% económica. Estos tipos de violencia pueden afectar a las usuarias de manera concomitante.
Otro dato revelador es que el 64.9% de las agresiones ocurrieron en el domicilio de la pareja, con lo que el espacio que se debe considerar más seguro para cualquier ser humano, en esos casos se convirtió en su lugar de tortura. El 16.2% de las agresiones se perpetraron en la calle y el 1.6% en el lugar de trabajo.